En el año 2022 habrá un gran impulso a las criptomonedas como instrumentos de inversión para el público en general. Las comisiones del Congreso de los EE.UU. dedicadas a legislar sobre servicios financieros y bancarios han incorporado a sus agendas de trabajo la evaluación del impacto de la comercialización de estos activos financieros. Ya veremos que avances nos traerá en este campo el nuevo año.
Sin casi darnos cuentas en menos de un mes comenzaremos a transitar por el año 2022, que al igual que sus predecesores seguramente es un año que vendrá cargado de sorpresas, pero también de temas conocidos que continúan evolucionando, y es uno de ellos, de vital importancia para los mercados financieros, al que quisiéramos dedicar la última columna del 2021: la consolidación de las criptomonedas como instrumentos de inversión para el público en general
El lanzamiento del ProShares Bitcoin Strategy ETF (BITO), un fondo que toma posiciones en contratos a futuro sobre el bitcoin, el pasado 19 de octubre, abrió las puertas a la generación de productos que facilitan la participación tanto de pequeños inversionistas como de inversionistas institucionales en la compra de esta familia de activos
Sin embargo, esta consolidación trae consigo una paradoja, ya que quienes promocionaron el desarrollo de estas monedas alternativas buscaban un activo refugio, blindado de los vaivenes de las políticas monetarias de los bancos centrales y de las decisiones con “rasgos expropiatorios” de los gobiernos nacionales. Y se encuentran que cuando los inversionistas institucionales comienzan a invertir en criptomonedas los brotes de volatilidad de los mercados financieros convencionales suceden simultáneamente con los de estos activos refugio.
Como hecho anecdótico sobre la conexión de la volatilidad entre mercados financieros y los vinculados a las aplicaciones de la tecnología del blockchain, encontramos que el pasado sábado 4 de diciembre, en horas de la mañana en Londres, el bitcoin tuvo una caída súbita de 20 por ciento, luego de una semana de alta volatilidad en Wall Street causada por crecientes expectativas de cambios en la política monetaria de la Reserva Federal y por los avances de la variante Omicron del COVID. Sí esta conexión es real o no, es un hecho que debe ser comprobado a partir de un riguroso análisis académico, debido a las implicaciones en términos de control de riesgos y de las regulación de los mercados financieros involucrados.
Cuando hay brotes de volatilidad en los mercados financieros, los gerentes de portafolios deben liquidar posiciones en títulos valores para minimizar pérdidas o para cubrir colaterales, y en estos casos se venden los títulos más fáciles de liquidar, como el mercado de criptomonedas funciona los fines de semana, es natural que algunas de las operaciones para obtener liquidez se realicen allí.
La consolidación de las criptomonedas como instrumento de inversión exige el desarrollo de un robusto marco regulatorio. Hasta un pasado muy reciente este era un tema que los organismos contralores de los mercados financieros trataban con mucha precaución, dada una cantidad de ambigüedades vinculadas al funcionamiento de los mercados de criptoactivos, y la naturaleza misma de estos instrumentos, sobre la cual no hay consenso, ya que algunos los asemejan a materias primas y otros a contratos financieros.
No obstante, en los últimos meses el Congreso de los EE.UU. ha incluido en su agenda regulatoria a las criptomonedas a través del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes (House Financial Services Committee), que ha comenzado un ciclo de audiencias con proveedores de criptoactivos para hacer un inventarios de temas que requieren de inmediata atención sí se desea que los inversionistas incorporen estos instrumentos en sus portafolios de inversión de manera segura.
Entre los instrumentos a revisar están las llamadas stablecoins que anclan sus valores a activos mucho más estables, como es el caso del dólar, y que son claves para la ejecución de transacciones en el mercado de criptoactivos. En principio quienes emiten este tipo de monedas tienen que garantizar que los activos que tienen para respaldar el valor de las mismas, es decir los depósitos en dólares, realmente existen. Sí por alguna razón los inversionistas sospechan que este no es el caso, se podrían producir eventos muy similares al de las corridas bancarias con la consabida inestabilidad que se transmitiría al resto de la economía.
La Cámara del Senado estadounidense también tiene como agenda indagar en el funcionamiento de las stablecoins con la ayuda de la Comisión Nacional de Valores y el Departamento de Tesoro.
Los líderes de la industria de los criptoactivos se quejan del poco entendimiento que tienen los congresistas de los grandes temas que están en juego, producto de la expansión de la tecnología del blockchain.
Sherrod Brown de Ohio, líder de los senadores demócratas que trabajan en la regulación del sector bancario, advierte que la crisis hipotecaria de la primera década del siglo XXI se debió a innovaciones financieras mal reguladas. Este congresista sostiene que es importante promover la innovación de manera responsable, lo que implica la emisión de reglas.
Hay muchos temas en que hay que profundizar antes de que los criptoactivos se transformen en opciones de inversión convencionales. Hay mucho dinero en juego por lo que el cabildeo de la industria del blockchain se moverá para tratar de eliminar o minimizar todos los obstáculos que se atraviesan en su desarrollo. El año 2022 promete ser muy activo en los temas regulatorios de esta industria.
Para finalizar quisiéramos agradecer a todo el equipo que hace posible la publicación de esta columna y a nuestros fieles lectores. Volveremos en la semana del 10 de enero, luego de lo que creemos es un merecido descanso. Feliz 2022.
Comments