Resumen
Miles, Snow et al. (1978) en un artículo titulado “Organizational Strategy, Structure and Process” sostienen que las empresas en sus procesos adaptativos tienen que resolver tres problemas: el empresarial, el de ingeniería y el administrativo. La solución de dichos problemas se hace compleja cuando las organizaciones venden intangibles como aspira hacerlo la plataforma venezolana Uriji Jami a través del mecenazgo de sueños y la venta de historias de vida.
Quien escribe esta columna tuvo la oportunidad de visitar la semana pasada, en la ciudad de Caracas, la sede de Uriji Jami, empresa que se define a sí misma como una red social lanzada en Venezuela con alcance mundial. Uno de sus fundadores, el Sr. Jean Clauteaux, tuvo la gentileza de recibirme, mostrarme el campus y explicarme en líneas generales el modelo de negocio y la filosofía detrás de la creación de esta aplicación.
Ese mismo día, al final de la tarde, revisaba con los participantes de un seminario de tesis de la Maestría en Finanzas del IESA, el artículo seminal de Miles, Snow et al. (1978) titulado “Organizational Strategy, Structure and Process” que sostiene que las empresas en sus procesos adaptativos tienen que resolver tres problemas: el empresarial, el de ingeniería y el administrativo.
Vincular el articulo cubierto en la clase con la visita realizada, fue un proceso que se fue dando con mucha naturalidad durante el seminario, y me permitió expresar a la audiencia con cierta claridad la complejidad de gerenciar organizaciones cuyo principal productos son ideas o intangibles que evolucionan con mucha rapidez.
Volviendo a Miles, Snow et al., el problema empresarial consiste en identificar el segmento que la organización pretende atender, y en el caso de Uriji Jami, este es particularmente novedoso, pues podría definirse como el de individuos que tienen sueños para los cuales buscan financiamiento y contenidos, historias de vida y afines, que esperan monetizar (vender) a través de una red social.
En la era actual, donde se dice que la gente valora más el tener experiencias que poseer cosas; donde muchos no buscan un espacio de oficina compartido sino una comunidad de negocios donde desarrollarse, el reto de implantar un concepto como el que se propone Uriji Jami es enorme, pues realmente lo que podrá hacer exitosa esta idea es que en el proceso de intercambio entre los soñadores y sus mecenas, los vendedores de contenidos y sus clientes, se cree un ecosistema de negocios que se expanda con la aparición de nuevos actores, nuevos productos y “nuevos sueños”.
El problema de ingeniería consiste en crear un sistema que operacionalice la solución del problema empresarial. Si aceptamos que el verdadero segmento de clientes de una empresa que vende experiencias, como puede ser Uriji Jami es el ecosistema que crea, más que los individuos que lo conforman, entonces el reto es generar las condiciones para que los individuos tengan la certeza de que “el ecosistema propuesto es el mejor posible” ya que este ofrece los menores costos transaccionales y minimiza una de la grandes barreras de entrada en los negocios vía internet que es la inversión requerida para que terceros sepan de la existencia del proveedor del producto, del servicio, o “del sueño”, dicho en palabras de Sr. Clauteaux.
Por supuesto que dentro del problema de ingeniería, Uriji Jami debe estar a la vanguardia del uso tecnologías que permitan convivir dentro de una misma plataforma contenidos generados desde softwares muy diversos, en lugares del planeta con dispares niveles de sofisticación.
El tercer problema es el llamado administrativo, que consiste en reducir la incertidumbre dentro de la organización racionalizando y estabilizando las actividades que resuelven los problemas enfrentados durante las fases empresariales y de ingeniería. Para la plataforma Uriji Jami hay al menos dos actividades que suponemos críticas y son: el fondeo del crecimiento y la transferencia de dinero.
Los socios capitalistas de actividades de esta naturaleza, además de dinero, deben entender muy claramente los puntos álgidos del modelo de negocio, pues les tocará ser el cable a tierra de los padres intelectuales de “la criatura”. Los creadores necesitaran la libertad para expandir sus visiones, pero los financistas necesitan garantizar que los problemas de ingeniería y administrativos, tal como los definieron Miles, Snow et al. (1978), sean atendidos apropiadamente para dar viabilidad de largo plazo a la iniciativa.
En cuanto a la transferencia del dinero, la credibilidad de los que interactúan dentro del ecosistema y los temas de cumplimiento de estándares que eviten la presencia de fondos de origen no deseados son tareas de particular relevancia.
Miles, Snow et al. (1978) no solo definieron los problemas que deben resolver las empresas en sus procesos adaptativos a entornos cambiantes, también se atrevieron a definir tres respuestas arquetipales: organizaciones Defensivas, Prospectoras y Analizadoras.
Las organizaciones Defensivas tratan de proteger su participación de mercado en un entorno que suponen estable, al menos en el corto plazo; las Prospectoras buscan la innovación como fuente de creación de valor y las Analizadoras son una mezcla de las anteriores, combinando ambas posiciones estratégicas según sus posibilidades.
Uriji Jami es innegablemente un Prospector y como tal su propensión es a priorizar la explotación de nuevas oportunidades; usar flexiblemente las tecnologías y coordinar numerosas y diversas operaciones. Su gran peligro: sobre extenderse en el uso de sus recursos antes de alcanzar líneas de negocios de rentabilidad adecuada.
Para terminar quiero decir que mi visita a Uriji Jami no es un hecho aislado. Una red de personas vinculadas a la Maestría en Finanzas del IESA, que incluye estudiantes, egresados y amigos de la profesión, organiza junto a la gerencia de Uriji Jami, un encuentro el 14 de noviembre para discutir algunos de los temas mencionados en los párrafos previos usando a esta empresa como objeto de estudio y me solicitó que escribiera una nota que diese un punto de partida para el evento, más que gustoso lo hago. No olvidaré esta experiencia porque gracias a ella pude oír una frase del Sr. Jean Clauteaux que comparto plenamente: “la vida es nuestro principal activo”.
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