Sorpresivo o no, el triunfo de Donald Trump ha puesto a los diferentes actores del mercado en la posición de ponerse a repensar el mundo a partir del 2017. Si bien es verdad que había una serie de cursos de acción que estaban dentro de la “lista de cosas por hacer” que eran comunes a ambos contendores, es evidente que un mundo Trump tiene que tener un énfasis muy distinto a un mundo Clinton.


Sorpresivo o no, el triunfo de Donald Trump ha puesto a los diferentes actores del mercado en la posición de ponerse a repensar el mundo a partir del 2017. Si bien es verdad que había una serie de cursos de acción que estaban dentro de la “lista de cosas por hacer” que eran comunes a ambos contendores, es evidente que un mundo Trump tiene que tener un énfasis muy distinto a un mundo Clinton.