El testamento de Giorgio Armani: o como reinventarse tratando de preservar el legado
- Arca Análisis Económico
- 22 sept
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Es evidente que el contenido del testamento del diseñador Giorgio Armani, fallecido el 4 de septiembre de 2025, refleja su preocupación por dejar bien encaminados tres elementos muy importantes de su vida. Su legado como hombre del diseño, la continuidad de su imperio empresarial y el bienestar de los suyos.
En escasos 50 años, el sr. Armani transformó un pequeño estudio en Milán en un conglomerado de empresas de lujo valorado en 12 mil millones de euros. El 100 por ciento de las acciones de la empresa pasaron a la Fundación Giorgio Armani, de estas 9,9 por ciento son de propiedad plena y el 90,1 por ciento restante las posee bajo figura de nuda propiedad, por lo que las posee pero no las puede disfrutar.
Para el disfrute de las acciones de nuda propiedad se crearon 6 categorías de acciones, repartidas entre el socio del sr. Armani, Pantaleo Dell´Orco, y varios de sus parientes más cercanos. Las categorías van de la A a la F, con diversos derechos a votos.
Los accionistas A tendrán el 30% del capital, los accionistas F el 10% y todos los demás el 15% cada uno. Sin embargo, cada acción A les dará derecho a 1,33 votos y cada acción F a 3 votos. Por lo tanto, A+F, a pesar de tener el 40% del capital, tendrá más del 53% de los votos en las juntas de accionistas. Además, los accionistas A tienen derecho a nombrar a tres directores, incluido el presidente, y los accionistas F a dos directores, incluido el CEO, para un consejo de ocho miembros.
En el caso de las acciones con derecho a voto, Pantaleo Dell´Orco tiene el 40 por ciento, La Fundación Giorgio Armani tiene el 30 por ciento y los sobrinos Silvana y Andrea Armani 15 por ciento cada uno.
Las acciones sin derecho a voto que son en buena parte propiedad de la Fundación Giorgio Armani, le dan a esa institución la posibilidad de obtener recursos propios derivados del pago de dividendos.
Armani no solamente se ocupó de que se diseñara este arreglo accionario sino también de dejar instrucciones para afrontar uno de los grandes retos de cualquier conglomerado que desea mantenerse en el tiempo y es el garantizar el acceso a capital e innovación en su portafolio de productos, por lo que dejó a sus herederos la obligación de abrir el capital accionario a terceros, cosa que Armani evitó en vida aun entendiendo que esto era necesario. Para Armani la posibilidad de compartir el control corporativo fue siempre una idea con la que no se sentía commodo.
Analistas del sector moda señalan que, si bien la fundación se creó originalmente en 2016 para evitar una división o venta tras el fallecimiento de Armani, era improbable que el grupo mantuviera su independencia indefinidamente.
En una entrevista con el Financial Times en 2023, el diseñador afirmó que estaba decidido a evitar la adquisición por parte de un conglomerado francés de lujo porque no quería ser dominado por una de estas mega estructuras carentes de personalidad. Sin embargo, el diseñador también afirmó ser consciente de que la empresa se identificaba con él y, si bien era su responsabilidad asegurarse de que la empresa tuviera una presencia que se asemejara a la suya, las cosas inevitablemente cambiarían tras su fallecimiento.
Si bien el sr. Armani logró mantener el control de la empresa hasta el final, los ingresos del grupo tuvieron dificultades para crecer, manteniéndose estables en torno a los 2.400 millones de euros en el 2024, debido principalmente a una baja valoración que los jóvenes dan a la ropa de lujo, por lo que la visión de un socio que ayude a refrescar el portafolio de productos luce oportuna.
La cláusula testamentaria para abrir el capital de la empresa a terceros establece dos posibles cursos de acción. El primero de ellos es vender a una empresa del sector de la moda una participación inicial del 15 por ciento en un plazo de 18 meses y posteriormente transferir entre el 30% y el 54,9% al mismo comprador entre tres y cinco años después de la muerte de Armani.
Si por alguna razón no se pudiese llegar a un acuerdo con algún conglomerado de moda importante los herederos deberán optar por una salida a bolsa.
Armani no dejó cabo suelto en la escogencia de un potencial socio, dejando una lista corta de conglomerados de la moda con los cuales había tenido algunas aventuras comerciales a lo largo de los años y a los cuales respetaba, y estos son: LVMH, EssisorLuxottica y L’Oréal , los cuales en los próximos meses deberían mostrar si están interesados en explorar esta posibilidad de asociación.
Hasta ahora L’Oréal y EssisorLuxottica han hecho público su interés de explorar una posible compra de acciones. De no llegar a algún acuerdo con alguno de los anteriores, la Fundación Giorgio Armani podría proponer un cuarto candidato, pero siempre dentro del grupo de los líderes de este sector.
El segundo curso de acción se activaría de no lograrse un acuerdo con ningún conglomerado de la moda, por lo que la empresa debería salir a bolsa en un plazo no mayor a ocho años, asegurando que la participación accionaria de la fundación que tutela el legado no baje del 30,1 por ciento.
Es evidente que en las disposiciones testamentarias Giorgio Armani tuvo que reconocer que lo que hizo grande a su empresa que fue su férreo control tanto en las decisiones estratégicas como operativas no garantizaba la permanencia de su legado. Las habilidades excepcionales de los fundadores son difíciles de reproducir por las siguientes generaciones de gerentes y es allí la apertura del capital accionario a terceros abre la posibilidad de reclutar nuevas visiones y nuevos talentos a un sector en constante evolución como es el de la moda.s donde el criterio humano es más difícil de reemplazar. Los más optimistas calculan que en unos 5 años buena parte de las interacciones de los individuos con sus asesores de inversión se harán directamente con aplicaciones de IA. Amanecerá y veremos.