En 2024, el déficit comercial de EE. UU. con Suiza alcanzó 38.500 millones de dólares, impulsado por exportaciones farmacéuticas y de oro suizas. A pesar del acceso casi libre de productos estadounidenses, la administración Trump impuso un arancel del 39% a Suiza. Esto provocó críticas internas, dirigidas al gobierno y a las refinerías de oro. El conflicto se apaciguó cuando EE. UU. aclaró que las barras de oro estaban exentas de los nuevos aranceles.

Las bajas tasas de interés llevaron a los inversionistas a buscar mayores rendimientos, asumiendo más riesgos en renta fija y variable. Aceptaron eliminar cláusulas de protección en los contratos de deuda corporativa a cambio de un rendimiento extra. Para corregir la falta de cooperación entre acreedores y protegerse de reestructuraciones desventajosas, es crucial recuperar el uso de las cláusulas estándar previas a la crisis financiera de 2007-2009.

Las necesidades de financiamiento de los gobiernos de los países miembros de la OCDE han crecido en los últimos años. El último informe de esta organización sobre deuda pública, de marzo de 2025, estima que la emisión de bonos soberanos por parte de los países del grupo ascenderá a 17 billones de dólares en 2025, frente a los 14 billones de dólares de 2023. El monto total de deuda en circulación será del orden de 59 billones de dólares, que es equivalente al 84% del PIB de

Durante años, el excepcionalismo estadounidense hizo de las acciones de EE.UU. la apuesta segura a largo plazo, aprovechando correcciones como oportunidades de compra. Sin embargo, el panorama cambia: grandes inversionistas extranjeros reconsideran su exposición, mientras los pequeños siguen aferrados a viejas recomendaciones.