El Gran Truco Presupuestario del Partido Republicano

Resumen

Trump busca hacer permanente la rebaja de impuestos de 2017, que expira en 2025. Los republicanos planean un “truco” contable: elaborar el presupuesto asumiendo que todas las políticas actuales seguirán vigentes, lo que les permitiría aprobar la extensión sin demostrar que no aumenta el déficit. Sin embargo, admiten que quizá no puedan mantener todos los recortes y requerirán fuertes reducciones de gasto. El debate político se centrará en por qué aprobarían una ley vista como perjudicial para el país y su reputación.

---

En este momento, el presidente Trump aspira a que la rebaja de impuestos a corporaciones y personas que decretó en el año 2017, y que vence a finales del 2025, se transforme en una reducción permanente, y para ello los parlamentarios republicanos tienen que mostrar que dicha aspiración no deteriora aún más las finanzas públicas estadounidenses.

Para lograr este objetivo, los republicanos se proponen aplicar un artificio contable que consiste en elaborar la nueva ley de presupuesto usando la premisa de que todas las políticas que afectan los ingresos y gastos de la ley presupuestaria vigente se mantienen en un futuro.

Es decir, como si ninguna de ellas expirara.

Este “truco” les permitiría aprobar la extensión de la rebaja de impuestos del año 2017 a nivel de la Cámara de Diputados sin cumplir los procedimientos que obligan a mostrar que su aplicación no afecta el déficit federal de manera permanente.

Los defensores de este principio argumentan que el mismo refleja mejor la realidad, permite mantener una política que maximizará el crecimiento y reduce los sesgos existentes tanto contra la rebaja de impuestos como a favor de las reducciones de gastos. 

Si los legisladores adoptan el cambio, esencialmente haría parecer como si extender el régimen de tasas impositivas actuales, que expirarán a fin de año, no costaría nada, en lugar de los aproximadamente 4 billones de dólares en 10 años que estiman los grupos de especialistas en presupuesto público.

A pesar de que los legisladores republicanos argumenten que las tasas de impuestos que se pretenden extender no deberían contabilizarse como parte del déficit fiscal, los críticos de la maniobra, que incluyen algunos expertos del mismo partido que la propone, sostienen que sería una receta para el desastre, una caja de Pandora fiscal que, una vez abierta, podría usarse para excusar recurrentemente los enormes déficits actuales.

Sin embargo, dicha táctica es muy tentadora porque resolvería la tensión existente entre los congresistas que desean complacer al presidente Trump y aquellos republicanos más ortodoxos que solo aceptarían una extensión de las rebajas impositivas del presidente Trump si a cambio se reducen gastos.  

Los demócratas argumentan que, si los republicanos siguen adelante con este “truco”, estarían rompiendo décadas. 

de retórica antidéficit para promulgar recortes de impuestos que benefician principalmente a los ricos. La extensión de la rebaja impositiva del 2017 y la incorporación de otras excepciones que incluyen los ingresos por sobretiempos, propinas y pagos de la seguridad social totalizan 4,7 billones de dólares. 

¿Qué debería hacer político un conservador en el área fiscal? Un verdadero conservador buscaría aumentar los ingresos y recortar los gastos, reduciendo rápidamente los déficits y encaminando el presupuesto hacia el equilibrio. Pero esta no es la dirección que ha elegido el Partido Republicano.

La gran batalla, si es que sucede, se librará en el Senado, ya que existe el mecanismo para aprobar la ley de presupuesto por mayoría simple y no con 60 votos, conocido con el nombre de conciliación, que solo es aplicable cuando los proyectos de ley sometidos a la cámara cumplen con las estrictas reglas fiscales destinadas a reducir los déficits. Y este no es el caso.

Algunos representantes del Partido Republicano reconocen que probablemente no puedan permitirse extender todos los recortes de impuestos de la primera administración Trump y que necesitarán billones de dólares en recortes de gasto para que el impacto del déficit sea más llevadero; quizás un costo neto de 2 billones de dólares en lugar de 4-5 billones. Por lo tanto, también saben que no pueden hacer permanentes los recortes de impuestos.

Una pregunta que ocupará la atención de los politólogos, funcione o no el “truco” presupuestario, es bajo qué condiciones los parlamentarios republicanos se atreven a aprobar una ley que es inconveniente tanto para el país como para sus reputaciones. Esta segunda administración de Trump generará más aprendizajes de los que hubiéramos pensado.