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  • Arca Análisis Económico

El misterio detrás de los Splits


Cambiar un billete por su equivalente en monedas es una operación que no crea ni destruye valor para su dueño. Lo mismo sucede cuando una empresa que cotiza en bolsa hace un Split, que no es más que la división del valor nominal de las acciones, elevando el número de títulos de forma proporcional pero manteniendo el mismo capital. Misteriosamente, el mercado accionario tiende a ver los Splits con beneplácito.

 

Cambiar un billete por su equivalente en monedas es una operación que no crea ni destruye valor para su dueño. Lo mismo sucede cuando una empresa que cotiza en bolsa hace un Split, que no es más que la división del valor nominal de las acciones, elevando el número de títulos de forma proporcional pero manteniendo el mismo capital.


Este concepto es uno de los primeros que se enseña en cualquier curso básico de finanzas, y aunque los instructores siempre hacen énfasis en el hecho de que a priori un Split no significa nada, los mercados financieros tienden a recibirlo con cierto beneplácito.

¿La razón? Para dar una respuesta adecuada a esta pregunta deberíamos revisar una idea muy arraigada dentro de las teorías vigentes en la disciplina de Finanzas Corporativas. En un mundo ideal, donde la información se transmitiría de manera eficiente y sin costos entre los gerentes y los accionistas actuales y potenciales, podrían hacer cambios en la estructura de capital de la empresa o en las políticas de inversión o de dividendos sin generar suspicacias en el mercado, y por lo tanto sin afectar negativamente el precio de las acciones y los instrumentos de renta fija.


En un mundo normal, los mercados financieros siempre le ponen un grano de sal a las intenciones de las empresas cuando deciden emitir nuevas acciones o aumentar el nivel de endeudamiento, reflejándose estos anuncios en caídas más o menos leves del precio de sus títulos valores. De allí, que la gran ilusión de los gerentes corporativos es encontrar mecanismos económicos y sin ambigüedades para poder transmitir información a los mercados financieros.


¿Qué tienen que ver los Splits con lo dicho hasta hora? Mucho sin consideramos que estos pueden formar parte de una estrategia comunicacional de los beneficios futuros de una corporación.


La primera razón, para realizar un Split es mantener el precio de la acción en un rango accesible para los inversionistas con menor poder adquisitivo. Una base accionaria amplia permite a los accionistas que ejercen el control mantener su liderazgo con una menor inversión, minimizando la posibilidad de ser removidos por otros grupos accionarios. Las empresas que tienen una gran cantidad de accionistas minoritarios, pueden usar este hecho dentro de sus estrategias de cabildeo, y en general apalancarse en una opinión pública favorable.


En países como EE.UU. ya no es necesario que el precio de la acción sea bajo para asegurarse una amplia base de accionistas, pues gracias a los avances tecnológicos es posible comprar fracciones de acciones a costo cero. La popularización de los ETfs también permite de manera muy económica mantener posiciones en las empresas que cotizan en bolsa sin necesidad de realizar cuantiosas inversiones.


Sin embargo las empresas estadounidenses continúan anunciando Splits, produciéndose 20 anualmente, en promedio, en la última década. Según Bank of America, desde 1980 las empresas que forman parte del S&P 500, obtiene retornos superiores al del resto del mercado accionario del orden de 16 por ciento, en el año siguiente al anuncio de un Split.


Es muy posible entonces que estos anuncios sean interpretados por los mercados como una señal de que las corporaciones que los decretan mantendrán una racha creciente de beneficios en los próximos años. No es de extrañar entonces que en la fase final de un mercado alcista, cundo los niveles de euforia son altos, los Splits excedan los promedios históricos.


Mientras no surjan nuevas evidencias, los Splits seguirán siendo reconocidos como anuncios que ponen el foco de interés del público en general en alguna en empresa en particular por un corto periodo de tiempo. El equivalente corporativo a los 15 minutos de fama que el pintor Andy Warhol nos aseguraba que todos tendríamos en el futuro.

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