Pese a los problemas de la banca estadounidense conocidos recientemente, la FED mantuvo su línea de acción antiinflacionaria al subir la tasa de interés de los fondos federales (Federal Fund Rate) en 25 puntos básicos (1 por ciento son 100 puntos básicos) el pasado 21 de marzo, pero sus predicamentos, bautizados por el economista Mohamed El-Erian como El Trilema, se mantienen.
El Trilema no es más que un acto de malabarismo en que la FED debe simultáneamente reducir la inflación, mantener la estabilidad financiera y minimizar el daño causado a la economía.
Mientras se estabiliza el sistema financiero estadounidense, la FED debe seguir subiendo las tasas las veces que haga falta, evitando caer en la tentación de lograr éxitos de corto plazo que atenten contra un objetivo mayor que es el de lograr la estabilidad de precios indispensable para mantener a flote la economía más grande del planeta.
Durante años se habló de que la gran inyección de liquidez que la Reserva Federal (FED) proveyó en varios momentos desde la Gran Crisis Financiera del 2007-2009 tendría consecuencias impredecibles. Una y otra vez se anunciaba que en el futuro habría un brote inflacionario en la economía estadounidense, hasta que finalmente pasó.
En el segundo semestre de 2021, la inflación estadounidense promedió 4,5 por ciento dando comienzo al actual ciclo inflacionario. Para la FED no fue sencillo reconocer la naturaleza de este fenómeno, que en un principio consideró transitorio, y como tal lo dejó evolucionar sin mayores actuaciones hasta que en marzo de 2022 tuvo que aceptar que de no tomar cartas en el asunto lo transitorio podría transformarse en permanente.
El bajo costo del dinero propició la toma de riesgos en busca de mayores retornos en diversos segmentos de la economía. El ejercicio de preguntarse qué hacer si las tasas de interés subieran como consecuencia de una política anti inflacionaria no se hizo con el requerido rigor.
¿Cuál podría ser el impacto de la subida de las tasas de interés en el sector bancario estadounidense? Una respuesta a esta pregunta la encontramos en un trabajo publicado en el SSRN por la profesora E. Xuewey y un grupo de colegas en marzo del presente año. Donde los autores estiman que el valor en libros de la cartera de créditos de la banca comercial excede en 2 billones de dólares a su precio de venta en un mercado secundario.
De hecho, el monto total de los activos bancarios a valores de mercado ha disminuido en promedio en 10 por ciento, mientras que los bancos ubicados en el percentil del 5 por ciento inferior la disminución fue del 20 por ciento.
Los autores sostienen que 189 instituciones del país podrían tener una crisis de insolvencia como al del Silicon Valley Bank (SVB) si les retirasen la mitad de los depósitos no asegurados por el FDIC en un corto periodo.
Pese a los problemas de la banca estadounidense conocidos recientemente, la FED mantuvo su línea de acción antiinflacionaria al subir la tasa de interés de los fondos federales (Federal Fund Rate) en 25 puntos básicos (1 por ciento son 100 puntos básicos) el pasado 21 de marzo, pero sus predicamentos, bautizados por el economista Mohamed El-Erian como El Trilema, se mantienen.
El Trilema no es más que un acto de malabarismo en que la FED debe simultáneamente reducir la inflación, mantener la estabilidad financiera y minimizar el daño causado a la economía.
Mantener la estabilidad financiera se ha transformado en una meta de muy alto costo tanto en términos políticos como económicos. Una cobertura de la totalidad de los depósitos de la banca comercial estadounidense debería contar con la aprobación del Congreso de los EE.UU, y eso no es posible en un momento en que el Partido Republicano tiene la oportunidad de cobrar los dividendos políticos de la turbulencia de los mercados financieros vivida bajo la Administración Biden.
A falta de una cobertura universal de los depósitos surgirán nuevas iniciativas para incorporar los aprendizajes recientes en el marco regulatorio existente. Y en este grupo tendremos desde el derogar los cambios que a la Dodd-FranK Act del 2010 hechos por el Congreso de EE.UU en el 2019, volviendo a recuperar el espíritu original de la ley, hasta el dar mayores poderes al Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera (Financial Stability Oversight Council) que es el encargado de identificar los riesgos que amenazan al sistema financiero nacional; promover la disciplina de mercado; y responder a las amenazas emergentes que afectan la estabilidad del sistema financiero estadounidense.
La quiebra del SVB dejó al descubierto tres temas que afectan la estabilidad de los bancos medianos y pequeños en EE.UU. El primero de ellos, es la propensión de los clientes a mover sus depósitos a las grandes instituciones a las cuales perciben con más resilientes, el segundo es el desmoronamiento de un modelo de negocios que busca fondos baratos para prestarlos a clientes dentro de un ámbito geográfico limitado, y el tercero, la urgencia de recomponer el balance de estos banco para mantener mayores niveles de liquidez y de capitalización, cónsonos con el nivel de riesgo de sus portafolios de créditos.
Esta recomposición de balance deja a los bancos medianos y pequeños con menos recursos para prestar, lo cual complica el logro de la segunda parte del trilema que es minimizar el daño causado a la economía durante la ejecución de las políticas antiinflacionaria de la FED.
¿Qué pasa con el tercer componente del trilema que es el de la reducción de la inflación? El impacto de la reducción de la oferta de fondos prestables en poder de los bancos medianos y pequeños genera una contracción de la actividad económica similar a la de una subida la tasa de interés de los fondos federales, y Jerome Powell, presidente de la FED así lo reconoció en declaraciones recientes. Y este efecto recesivo debería ayudar a bajar la tasa de inflación.
Mientras se estabiliza el sistema financiero estadounidense, la FED debe seguir subiendo las tasas las veces que haga falta, evitando caer en la tentación de lograr éxitos de corto plazo que atenten contra un objetivo mayor que es el de lograr la estabilidad de precios indispensable para mantener a flote la economía más grande del planeta. ¡Que Trilema¡
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