Los economistas llaman r* a la tasa de interés natural o neutra, que es aquella que permite a las economías nacionales crecer a plena capacidad, con máximo nivel de empleo y sin generar presiones inflacionarias.
Una vieja discusión entre los economistas estadounidenses, identifica al envejecimiento de la población y al crecimiento de la inequidad del ingreso como posibles fuentes de explicación de la caída secular de r* desde 1980.
Mian, Straub y Sufi (2021) prueban empíricamente que la creciente inequidad en la distribución del ingreso es un factor determinante en la fijación de r*. Este resultado tendrá gran impacto en la formulación de políticas macroeconómicas en los próximos años.
Esta semana presentaremos una breve reseña del artículo titulado: What explains the decline in r*? Rising income inequality versus demographic shifts, escrito por los economistas Atif Mian, Ludwig Straub y Amir Sufi, profesores de Princeton, Harvard y Chicago respectivamente. Este trabajo fue presentado en la reunión anual de economistas que organiza la Reserva Federal de EE.UU en Jackson Hole, Wyoming.
Los economistas llaman r* a la tasa de interés natural o neutra, que es aquella que permite a las economías nacionales crecer a plena capacidad, con máximo nivel de empleo y sin generar presiones inflacionarias. Esta tasa no es observable directamente, pero es el referente alrededor del cual los bancos centrales quieren operar.
La tasa r* de la economía estadounidense ha caído de manera constante desde principios de la década de los ochenta del siglo pasado, hecho que genera grandes complicaciones a los responsables de la formulación de políticas económicas, ya que tal caída puede sugerir un proceso secular de estancamiento económico, crea un terreno fértil para la generación de burbujas de precios en los mercados financieros, y limita el radio de acción de la FED, en la medida en que las tasas nominales de interés se acercan a cero, que ha sido históricamente su límite inferior.
Encontrar la causa principal de la caída de r* no ha sido una tarea sencilla, pues en el periodo en que se ha desarrollado esta tendencia a la baja, han sucedido varios eventos que de alguna forma u otra se supone tienen vinculación con tal comportamiento, y estos son: el envejecimiento de la población estadounidense, una creciente desigualdad en la distribución del ingreso, cambios en los patrones de ahorro a nivel global y en la manera en que las empresas realizan sus inversiones en activos fijos.
Los autores tuvieron la oportunidad de evaluar la importancia relativa de los cambios en la distribución de ingresos versus los cambios demográficos en el valor de r*, gracias a la disponibilidad de una nueva base de datos llamada Survey of Consumer Finances Plus (SCF+).
Vale la pena recordar que el incremento de la natalidad en EE.UU al terminar la Segunda Guerra Mundial generó un segmento de la población conocido con el nombre de los Baby Boomers (aquellos nacidos entre 1945 y 1964). Este grupo de individuos ha comenzado a retirarse masivamente desde el 2010, colocando buena parte de sus haberes en instrumentos de renta fija creando presión a la baja en las tasas de interés.
Por otro lado, al aumentar la desigualdad en la distribución del ingreso, los grupos más favorecidos aumentan su capacidad de ahorro, dirigiendo parte de estos excedentes, como en el caso de los Baby Boomers, al mercado de renta fija, presionando igualmente las tasas de interés a la baja.
Gracias al acceso a la base de datos SCF+, los autores pudieron estudiar cambios en las tasas de ahorro y en la distribución de ingresos, por grupos etarios, en los últimos 70 años, y encontraron que la creciente brecha en la distribución de ingresos es la tendencia con mayor impacto en los patrones de ahorro en los EE.UU., a partir de 1980.
El grupo del 10 por superior en la distribución de ingresos no sólo presentó la mayor tasa de ahorro, sino también el mayor incremento en ingresos. Este grupo acumuló entre un 30 y un 40 por ciento del ahorro de los hogares estadounidense entre 1995 y 2019, explicando buena parte de la caída de r*.
Al ser este un estudio exploratorio, no se descarta la posibilidad de que el envejecimiento de la población pudiese tener un impacto en la caída de r*. Pero para probar sí esto es así, se debe proponer un mecanismo para explicar cómo a través de los cambios en los niveles de riqueza de la población en situación de retiro se afecta el valor de la tasa natural, y probar empíricamente que dicho mecanismo funciona.
En la medida en que no haya evidencia de que la brecha de inequidad en la distribución del ingreso no se revertirá en un futuro cercano, es natural pensar que la expectativa sobre el valor de r* se mantenga baja, tanto en la actualidad como en el futuro. De allí que es de esperarse que la inequidad salarial comience a tomar un rol estelar en aquellos modelos macroeconómicos usados en el análisis de políticas públicas.
Los bajos niveles de rendimiento de los ahorros tienen inconmensurables efectos en las decisiones personales ya que las expectativas de bienestar futuro condicionan decisiones tan vitales como escoger empleo, formar pareja y tener o no hijos.
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