En los días siguientes a su salida a bolsa las acciones de Robinhood se han comportado como las clásicas acciones meme que han ayudado a popularizar. Un seguimiento cercano al comportamiento de la empresa nos dará grandes lecciones sobre el proceso de democratización del mercado accionario estadounidense.
El pasado 29 de julio de 2021 comenzó a cotizar en NASDAQ, Robinhood, la compañía de servicios financieros más disruptiva a partir de la pandemia. Ya hemos mencionado en columnas anteriores que uno de los atractivos que encuentran los nuevos inversionistas que compran acciones y opciones a través de su plataforma, es que pueden realizar estas operaciones sin pagar comisiones, ya que el modelo de negocios de esta empresa contempla como fuente principal de ingresos, el pago que ella recibe de los intermediarios a través de los cuales canaliza las operaciones de compra y venta de sus clientes.
El valor de cada acción asignado en la oferta pública inicial (OPI), fue de 38 dólares, el más bajo de un rango que oscilaba entre 38 y 43 dólares. En el primer día de mercado secundario la acción abrió con una caída de 8 por ciento (35 dólares), hecho un tanto desconcertante, aunque siempre es posible que en mercado secundario tal corrección de precios pueda suceder, sobre todo cuando el 20 por ciento de los títulos se colocaron entre pequeños inversionistas, que a diferencia de los actores institucionales no se comprometen a mantener las acciones adquiridas en la OPI por un plazo mínimo no inferior a 30 días. El precio estimado de la empresa gracias a la OPI fue de 32 mil millones de dólares.
Como es de suponer el fin semana siguiente a su debut, los especialistas del área, cuestionaron duramente el precio fijado en la OPI, en particular el hecho de que la compañía no haya desarrollado otras fuentes de ingresos derivadas de su relación con su 22,5 millones de clientes, distinta a la ya mencionada.
Esta historia pica y se extiende, ya que el miércoles 4 de agosto el precio de la acción subió 50 por ciento en una jornada, activándose por supuesto los clásicos mecanismos de suspensión de transacciones varias veces a los largo del día, como se acostumbra en estos casos. A un precio de cierre de 70,39 dólares, el capital de la empresa vale alrededor de 58,9 mil millones de dólares.
¿La razón de la subida? Nadie la conoce. Se supone que los precios de las acciones de Robinhood están viviendo el mismo fenómeno que otras acciones que se han transado masivamente en su plataforma, como es el caso de la cadena de cines AMC.
Un grupo de pequeños inversionistas ha decidido a apostar a su subida usando señales emitidas en las redes sociales, algunas que funcionan casi como “chistes privados” entre un “influencer” si es que este término es válido, y su horda de seguidores. Otros han respondido al hecho de que manejadores de fondos profesionales como Cathie Wood, del Ark Invest Fund, encontraron el precio inicial del mercado secundario extremadamente atractivo.
Muchos de estos pequeños inversionistas compran opciones call sobre la acción, y quienes se las venden salen a cubrir su riego comprando los títulos valores subyacentes, es decir las acciones de Robinhood.
En la ecología de los mercados financieros los peces grandes terminan comiéndose a los pequeños. Un mercado de tan alta volatilidad, como el de las llamadas acciones meme, que deben su nombre a estos mensajes que se emiten a través de las redes sociales, es muy atractivo para los que venden opciones, generalmente inversionistas profesionales, a precios muy altos, a especuladores poco formados, que en la mayoría hacen apuestas de baja magnitud, anhelando grandes ganancias en plazos cortos.
Este tema de las acciones meme es particularmente apasionante por la cantidad de inquietudes que levanta, entre las cuales vale la pena mencionar: ¿son los meme mecanismos de manipulación de precios?, ¿Hasta dónde llegan las responsabilidades fiduciarias de los reguladores con los pequeños inversionistas que transan en estos mercados?, ¿cómo afecta a los accionistas de largo plazo de las empresas meme todo el ruido generado alrededor del precio de la acción?
El modelo de negocios de Robinhood explota la expectativa de democratizar los mercados de capitales permitiendo a los pequeños inversionistas acceder de manera muy económica a los mercados. Los creadores de esta plataforma no crearon el movimiento de las acciones meme, pero han facilitado a estos grupos el acceso a los instrumentos financieros requeridos para poder implantar sus estrategias de inversión. En este proceso de democratización acelerado, con ese alto volumen de transacciones evidentemente especulativas, se corre el peligro que los desinformados, como siempre, sean la carroña de los actores sofisticados. No creo que eso fuera lo que tenía en mente Robin Hood, cuando jugaba a la redistribución en los bosques de Sherwood.
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