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  • Arca Análisis Económico

Volatilidad y Pseudo-riqueza



Joseph E. Stiglitz acaba de publicar un papel de trabajo titulado Economic Fluctuations and Pseudo-Wealth, donde trata de vincular los cambios inesperados en la demanda agregada con la dispersión de expectativas de los agentes económicos. La pseudo-riqueza, según el autor, no es solo un fenómeno que amplifica el efecto de shocks económicos, ya que puede ser por sí misma una fuente de generación de volatilidad de la economía y debe ser tomada en cuenta al elaborar políticas públicas que afecten la regulación y el funcionamiento de los mercados financieros.


 

Joseph E. Stiglitz acaba de publicar un papel de trabajo titulado Economic Fluctuations and Pseudo-Wealth donde trata de vincular los cambios inesperados en la demanda agregada con la dispersión de expectativas de los agentes económicos.


Durante décadas los macroeconomistas han desarrollado teorías para tratar de explicar la volatilidad de la demanda de bienes y servicios. En épocas muy tempranas de esta disciplina, John Maynar Keynes postulaba que los grandes cambios en la demanda agregada eran el resultado de cambios repentinos de las expectativas de los agentes económicos, por lo que había momentos en que “el espíritu animal” poseía a estos actores convenciéndolos que frente a sí se develaba instantáneamente un futuro lleno de riquezas, razón por la cual aumentaba el consumo de bienes y la inversión.


El problema de apoyarse en la teoría “del espíritu animal” para explicar el cambio de expectativas y su impacto en la demanda agregada, es que las mismas no son observables, y tratar de conocerlas y más aún predecirlas nos introduce en campos como el de la psicología de los actores económicos, en el que los economistas no tienen un sólido marco conceptual en el cual apoyarse.


Durante mucho tiempo los economistas trataron de modelar el comportamiento de los actores económicos suponiendo que estos son actores racionales que forman sus expectativas basados en información previa, por lo que no hay ningún fundamento para pensar que sin razón aparente cambien de opinión afectando sus planes de consumo e inversión.


Stiglitz propone una nueva visión para el problema de la volatilidad macroeconómica, donde en lugar de pensar que el mundo está en la búsqueda de un permanente equilibrio, el autor postula que vivimos en una constante evolución, donde suceden grandes eventos y aparecen nuevas ideas, a las cuales se tienen que enfrentar los agentes económicos, que deben interpretarlas para poder entender sus implicaciones en el futuro. Las crisis suceden cuando diferentes actores revisando los mismos datos llegan a distintas conclusiones sobre lo que sucederá después.


Cuando aparece una gran dispersión en las creencias de los individuos, estos realizan apuestas o transacciones sobre activos especulativos (monedas, materias primas o acciones). Tales transacciones producen en sus dueños el efecto de pseudo-riqueza, que es la que los individuos piensan que recibirán basados en sus expectativas de los retornos futuros de tales activos especulativos.


Al sumar el conjunto de las acciones de los actores económicos, cuando existen muchas oportunidades para apostar o transar con activos especulativos y una gran dispersión en las percepciones de los agentes económicos sobre el futuro, la pseudo-riqueza percibida tendrá poca conexión con la verdadera riqueza que subyace en la economía, y las respuestas de los poseedores de esa pseudo-riqueza generará cambios en los niveles de consumo e inversión que no se corresponden con los comportamientos de las variables económicas que se monitorean convencionalmente, tales como la tecnología, el empleo o la acumulación de capital. De allí que surja la sensación de que la volatilidad de la demanda agregada observada no tiene vinculación con la economía real, y sea percibida como excesiva.


La pseudo-riqueza puede crear en algunos momentos la sensación de un bienestar futuro que inducirá un aumento de la demanda agregada, y en otros una sensación de empobrecimiento que generará el efecto opuesto.


Es muy probable que algunos lectores al leer los párrafos anteriores hayan encontrado algunos rasgos en común entre lo descrito por Stiglitz y la ola de transacciones asociadas a las acciones de empresas como Gamestop y la cadena de cines AMC, que recibieron amplia cobertura de prensa a finales de enero de 2021.


Gracias a la aparición de nuevas tecnologías de procesamiento de datos bursátiles hoy es posible que inversionistas con muy poco capital puedan comprar acciones y opciones sobre títulos valores con mínima inversión (inclusive se pueden comprar fracciones de acciones), sin pagar comisiones de compra o venta de títulos valores y apalancando sus posiciones con dinero prestado por las casas de corretaje donde tienen sus cuentas de inversión. Estas son las abundantes apuestas y transacciones a las que se refiere Stiglitz en su explicación sobre el aumento de la volatilidad de la demanda agregada.


La dispersión de percepciones viene dada por la creencia de los fondos de cobertura de que sólo hace falta identificar una empresa en problemas y apostar a la caída del precio de sus acciones, para ganar dinero una vez que la profecía del desplome de la empresa suceda. Lo que no tomaron en cuenta los gerentes profesionales, al formar sus percepciones, es que los pequeños inversionistas podrían coordinarse para hacer subir el precio de la acción y obligar a los fondos de cobertura a cortar sus pérdidas comprando las acciones de la compañía a un precio muy superior al que estos pensaban que podría llegar, aun en el escenario de recuperación más optimista e improbable.


Es obvio que los precios de las acciones de Gamestop subieron en un principio y cayeron posteriormente por eventos que no tenían ninguna vinculación con el desempeño de la compañía, o de la economía real estadounidense.


Si el efecto de la pseudo-riqueza es tan importante como Stiglitz sugiere en la explicación de la volatilidad macroeconómica, las implicaciones de esta teoría en el diseño de políticas públicas se vuelven dignas de consideración. Cada vez que gracias a la desregularización y/o cambios en la estructura de los mercados financieros, aumenta el menú de apuestas o transacciones disponibles para que agentes económicos -con diferentes creencias sobre el futuro- apuesten unos contra otros, aumentará el nivel y la volatilidad de la pseudo-riqueza.


Algunos criticarán la innovación financiera que hace posibles nuevas fuentes de apuestas y transacciones sobre activos especulativos como una actividad inútil para la sociedad puesto que no tiene vinculación directa con los procesos productivos. Es por ello necesario entender a profundidad los beneficios que pueden generar para la economía estas apuestas basadas en la dispersión de creencias sobre el impacto futuro de eventos económicos, sí es que tales beneficios existen.

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